Castañilandia
Érase una vez una escritora que soñaba con mostrar un lugar muy singular a los niños y a los adultos.
Sonia, que así se llamaba, deseaba divulgar las singularidades de una tierra cargada de belleza y poseedora de una cultura muy antigua, fruto del abrazo de distintos pueblos. Un territorio bañado por el azul del mar, el verde de sus montes y todos los matices de los colores del cielo. Un trocito de mundo acunado por el sonido del vaivén de las olas del océano, del trino de los pájaros, de las tormentas y de las tardes tranquilas de verano bajo el rumor de los árboles del bosque. Una tierra llamada Galicia.
Se preguntaba cuál sería la mejor forma de conseguir su objetivo. Y, tras mucho pensar, tuvo una importante revelación: escribiría libros.
Un día, cogió su pluma cargada de tinta y comenzó a llenar cientos de páginas con palabras que hablaban sobre vegetación, fauna, flora, historia, cultura, creencias… Otras, las rellenó de literatura. También utilizó su cámara para argumentar con fotografías las realidades que transcribía. E ilustraciones que mostraban lo que imaginaba. Los lectores de sus libros disfrutaron con ellos y ella consiguió su objetivo.
Pero, Sonia quería algo más. Deseaba escribir una obra para los mayores y, a la vez, para los niños. Un libro que llamase especialmente la atención sobre la ecología, la naturaleza, el preocupante cambio climático y, por supuesto, sobre los seres humanos que vivimos inmersos en los ciclos de nuestro planeta. ¡Y con el que vivir aventuras! Para ello, se centró en un lugar que ocupaba siempre sus sueños, O Courel, aunque podría ser cualquier otro de Galicia, y nació CASTAÑILANDIA.
Sonia soy yo, quien te escribe, y te invito a que te adentres en este libro tengas la edad que tengas. ¡Sed todos bienvenidos!
